Hola. ¿Qué tal ahí del otro lado?
De chica nunca le tuve miedo a las brujas, sí a los payasos (gracias a ver la película IT, el payaso maldito, a los ocho años). Las brujas siempre me parecieron divertidas y poderosas. Por eso la película de Disney Abracadabra (Hocus Pocus) me encanta.
¿Quién no conoce a las brujas de Salem y recuerda a Winona Ryder protagonizando la película de 1994? Película que está basada en una obra teatral de Arthur Miller de 1953.
En una nota del diario Clarín, entrevistan a Emerson Baker que escribió un libro sobre el contexto de los juicios de Salem, A Storm of Witchcraft (“Una tormenta de brujería”), que apunta a múltiples causas para la persecución. “Llamé así a mi libro para sugerir que se necesitó una tormenta perfecta de causas y problemas para crear lo que fue, con mucho, la mayor caza de brujas en la historia de Estados Unidos. Los factores que influyeron fueron: un clima notablemente malo, que llevó a malas cosechas e inflación; dificultades económicas; faccionalismo político y religioso; inseguridad política en la colonia; preocupación por el declive de la devoción religiosa; y pánico por la guerra frente a los franceses y sus aliados indígenas wabanaki. Como los franceses eran católicos y los indígenas, paganos o habían adoptado el catolicismo, se trataba de una crisis a la vez religiosa, militar, política y económica. Todos estos problemas, juntos, crearon una atmósfera en la que la gente creía que Satanás estaba suelto en Massachusetts”.
Y agrega el experto: “Es un poco irónico que Salem sea conocida como la Ciudad de las Brujas, ya que hubo 19 ejecuciones contra las aproximadamente 50.000 que hubo en Europa y sus colonias. Aún así, los juicios de las brujas de Salem han arrojado una sombra oscura sobre la ciudad. Mucha gente todavía siente vergüenza por los hechos. Mientras tanto, cientos de miles de personas acuden a Salem cada año como turistas, y el turismo de brujería es un importante generador de ingresos para la ciudad (se desaceleró bastante durante la pandemia, pero se ha recuperado en los últimos meses). Esto preocupa a mucha gente, ya que parece que la comunidad se está beneficiando de las víctimas de 1692. Creo que Salem lucha constantemente con este problema. Queremos ser una comunidad que acepte a todos los residentes y visitantes por quienes son, porque en 1692 aprendimos lo que sucede cuando no lo haces”.
¿Qué otros libros tienen a las brujas como protagonistas? Hacia allá vamos.
Un poema
Quema de brujas, de Sylvia Plath
“En la plaza del mercado amontonan ramas secas.
Un matorral de sombras no es un buen abrigo. Habito
mi propia imagen de cera, el cuerpo de una muñeca.
El malestar comienza aquí: soy blanco de las brujas.
Sólo el diablo puede con el diablo.
En el mes de las hojas rojas, me subo a un lecho de fuego”.
📚 Todo el mundo sabe que tu madre es una bruja, de Rivka Galchen
Esta novela editada por Fiordo, cuenta la historia de la anciana Katharina Kepler, madre de uno de los más célebres astrónomos de todos los tiempos, Johannes Kepler, que es acusada de brujería por vecinos envidiosos. Se la culpa de envenenar, lesionar y matar animales y personas. Aunque ‘ni siquiera puedo ganar al backgammon’, le dice ella a su vecino y tutor legal en un relato oral que recorre las peripecias de su juicio y, con ellas, el universo a menudo delirante pero también atroz de las cazas de brujas en la Europa moderna.
Una obra polifónica que se arma, capa tras capa, a partir de rumores, chismes, noticias falsas, sobre aquello escuchado y deformado en el mercado, en las calles del pueblo, en los panfletos y las panaderías, como un runrún que, al crecer en intensidad, se vuelve también más eficaz en confundir los hechos y ocultar la verdad. Todo el mundo sabe que tu madre es una bruja es entretenida como una novela de aventuras, de un humor sutil y una soltura literaria deslumbrante.
En la reseña escrita por Ivana Romero en Página 12, menciona: “En una entrevista con la revista Vulture contó que cuando escribe pone sus sentimientos “en una zona de extrañamiento para que aquello importante, aquello que deseo averiguar, permanezca en secreto”. La autora asegura que no fue su deseo hablar del presente sino evadirlo aunque reconoce que, finalmente, esta es una novela de gran actualidad. Y vaya si lo es ahora, aquí. Todo el mundo sabe que tu madre es una bruja se acaba de publicar en nuestro país mientras las mentiras tejen una red apretada que asfixia la democracia y deviene práctica cotidiana de un oscurantismo que apenas logra camuflarse detrás de la sofisticación virtual”.
Así comienza:
“Aquí doy comienzo a mi relato, con la ayuda de mi vecino Simon Satler, dado que no sé ni leer ni escribir. Sostengo que no soy bruja, que nunca fui bruja, que no tengo ninguna parienta bruja. Pero desde mi más tierna infancia, tuve enemigos.
Cuando era chica, nuestra vaca Yegua, que vivía en la posada de mi padre, siempre estaba enojada y resentida conmigo. Yo no sabía por qué. No dudaría en ponerle una cinta azul de seda en el cuello si hoy estuviera aquí. Murió de fiebre de leche, lo que no fue culpa mía, aunque de chica yo creía que Yegua había muerto por mi culpa, porque ella me había pateado y yo le había dicho bruta. ¿Era mi enemiga? Lleva tiempo y experiencia ganarse la confianza de una vaca.
Ahora tengo setenta y algo. No me voy a detener ni en los enemigos ni en los amores de mi juventud y madurez. Solo voy a decir que nunca antes tuve el menor roce con la ley. Ni por pelear, ni por maldecir, ni por indecencia, ni por el más mínimo hurto. Aun así, en este juicio se me atribuye el poder de envenenar, de mutilar, de atravesar puertas cerradas, de provocarles la muerte a ovejas, cabras, vacas, bebés y viñas; incluso el de curar… siempre a voluntad.
Ni siquiera puedo ganar al backgammon, como ya sabes”.
📚 Brujas. La Potencia indómita de las mujeres, de Mona Chollet
Las cazas de brujas del Renacimiento las persiguieron, torturaron y asesinaron cruelmente ¿Qué tipos de mujeres se han censurado, eliminado y reprimido desde esos siglos de terror? ¿Qué es lo que se persigue y se teme?
En este libro Mona Chollet explora tres modos actuales de la brujería que permanecen intactos en nuestros prejuicios y representaciones. Primero, la independiente, ya que las viudas y las solteras son uno de los objetivos privilegiados de las persecuciones y disciplinas desde hace siglos. Luego, la que no tiene ni quiere tener hijos o hijas, donde la autora nos recuerda que la temporada de caza marcó el final de la tolerancia para quienes afirmaban controlar su fertilidad. Finalmente, la anciana, que se ha convertido en un objeto de horror en la medida en que ella encarna la experiencia, lo que se construye en el tiempo, la posibilidad de un saber sólido e insumiso.
La persecución y la caza de brujas, viejas y nuevas, indica además una visión del mundo, una maldición doble que afecta tanto a las mujeres como a la naturaleza.
En una entrevista en Infobae, la escritora cuenta que recopila de forma minuciosa quiénes eran esas mujeres y quiénes son hoy a la luz del feminismo, basándose en el célebre trabajo de la escritora y feminista italiana, Silvia Federici, Calibán y la Bruja. Mujeres, cuerpos y acumulación originaria (2004). En esa obra, la autora hace un análisis exhaustivo de un episodio profundamente ignorado por la historiografía, ocurrido entre los siglos XVI y XVII, y que de acuerdo a los balances más serios, se cobró la vida de entre cincuenta y cien mil mujeres (sin contar a las linchadas, las suicidadas o las muertas en prisión como consecuencia de las torturas). La caza de brujas fue, así, un hecho fundamental para la consolidación del capitalismo y de la opresión de la mujer que le es intrínseco, porque afectó no sólo a las muertas sino también y profundamente a aquellas que sobrevivieron”.
Así comienza:
“Por supuesto está la bruja de la Blancanieves de Walt Disney, con sus cabellos grises de estopa bajo una capucha negra, su nariz ganchuda adornada con una verruga, su estúpido rictus tras el que se asoma un único diente en la mandíbula inferior, y sus pobladas cejas sobre unos ojos desorbitados que acentúan aún más su expresión maléfica. Pero la bruja que realmente marcó mi infancia no fue ella, sino Aleteo Brisalinda. Aleteo aparece en Los hijos del vidriero, una novela juvenil de la escritora sueca Maria Gripe (1923-2007), que se desarrolla en un país nórdico imaginario. Vive en una casa situada en lo alto de una colina, al abrigo de un manzano cuya silueta, visible desde lejos, se recorta sobre el cielo. El lugar es hermoso y apacible, pero los habitantes de la aldea vecina evitan acercarse, ya que en otro tiempo colgaba allí una horca. Por la noche, se percibe un tenue resplandor en la ventana, junto a la que teje la anciana mientras conversa con su cuervo, Solon, bizco desde que había perdido un ojo al asomarse al Pozo de la Sabiduría. Más aún que los poderes mágicos de la bruja, me impresionó el aura que emanaba, hecha de una profunda calma, de misterio, de clarividencia. (...)
Después, allá donde la encuentre, la palabra «bruja» magnetiza mi atención, como si anunciara siempre una fuerza que podría ser mía. Hay algo en torno a esa palabra que bulle de energía. Te remite a un saber telúrico, a una fuerza vital, a una experiencia acumulada que el saber oficial desprecia o reprime. Me gusta también la idea de un arte que se perfecciona sin interrupción a lo largo de toda la vida, al que te consagras y al que se protege de todo, o casi, aunque solo sea por la pasión con que se practica. La bruja encarna a la mujer liberada de todas las dominaciones, de todas las limitaciones; es un ideal hacia el que tender, ella muestra el camino”.
📚 Brujas literarias
Brujas literarias es una selección de treinta mujeres de letras, de distintas épocas y estilos, en la que se traza una línea que une sus trayectorias y su misticismo. Entre el flujo de conciencia de Virginia Woolf, los dolorosos poemas de Sylvia Plath, la ciencia ficción de Octavia E. Butler, el misterio de Agatha Christie y los rezos chamánicos de María Sabina, este libro funciona como un hechizo para hacernos participar, con otra mirada, de este aquelarre literario.
“Recordemos que muchas palabras ocultistas están conectadas con las del lenguaje: en inglés, spelling (deletreo) y spells (hechizos), en español gramática y grimorio. Se cree que ‘abracadabra’ deriva de una frase aramea que podría traducirse como «creo como el mundo». Visto así, escribir es hacer magia. Y, por tanto, ser escritora es realmente ser una especie de Bruja. Este libro que tienes en las manos contiene muchas cosas: sirve para corregir el rumbo, es una pócima para la inspiración y además un dosier místico. Leer Brujas literarias es como trepar el árbol genealógico feminista, con sus raíces retorcidas, sus ramas llenas de frutos y sus hojas llenas de letras que ofrecen sustento y refugio”, se menciona en el prólogo del libro.
Libros para chicos y chicas
📚 Cuentos con brujas, de Graciela Beatriz Cabal
Todos saben que las brujas existen, en la realidad o en la imaginación. Las hay de todas formas, colores y tamaños. Este libro, justamente, trata de ellas, en dos historias fascinantes. La primera es la de Pablo, Camila y su increíble travesía por las altas montañas donde encuentran la famosa "Cueva de las brujas". En la segunda se suman diablos y otros personajes extraordinarios, presentes desde siempre en los cuentos de terror. Son dos relatos que despertarán, sin duda, las emociones de los lectores aventureros y valientes.
Un libro pensado para chicos y chicas a partir de los diez años.
Así comienza el primer cuento:
“A mí las brujas me gustan una barbaridad, qué quieren que les diga. Cuando era chica, también me gustaban. Y me daban miedo. (Más miedo sentía, más me gustaban. Como la montaña rusa o el sótano de mis abuelos.) Muchos cuentos de brujas tenía en mi casa: me los había regalado un tío loco que, a Dios gracias, nunca me faltó en la vida. (Mis padres siempre se habían negado a regalarme cuentos de brujas. “Para no echar leña al fuego” decía mi tía la soltera, que era un poquito envidiosa). Yo leía los cuentos en la cocina –lugar que, como todo el mundo sabe, es el favorito de las brujas–, sentada en el banquito alto, bien cerca de mi mamá, que iba y venía entre sus cacerolas y sus sartenes”.
📚 Niños, las brujas no existen, de María Inés Falcioni
Dicen por ahí que, en un reino lejano, existen unas brujas enanas que se esconden y les hacen bromas pesadas solamente a los niños. Y como si fuera poco, los adultos no les creen porque nunca las vieron y ¡les echan la culpa de todas las travesuras a ellos! Pero los niños tienen un plan: capturar a las brujas enanas y demostrar su inocencia ante todos los que les dijeron "Niños, las brujas no existen".
Una nueva edición del clásico de María Inés Falconi con ilustraciones de Federico Combi, para adentrarse en el mundo mágico de las brujas con nariz de zanahoria.
Un libro pensado para chicos y chicas a partir de los seis años.
📚 Diario de una bruja, de Valeria Dávila y Monica López
Diario de las intimidades nunca antes reveladas de una bruja muy coqueta. “Querido diario, te escribo porque ya estoy muy cansada. Llevo años trabajando siempre de Bruja Malvada…”
En este video pueden encontrar más sobre este libro. Un libro pensado para infancias a partir de los tres años.
“Por suerte, querido Diario, tengo un gato compañero. Y aunque tiene muchas pulgas, ¡no sabés cuánto lo quiero!”
📚 El árbol de las siete brujas, de Silvia Schujer
Había una vez un bosque, y en ese bosque había un árbol. Uno que daba poder a siete brujas insoportables y malísimas, que se divertían arruinándole la vida a todo el mundo. Un día la reina tuvo una idea, quizás la única buena de su larga existencia: anunció que el Príncipe se casaría con una bruja. Pero, ¿con cuál? ¿cuándo? ¿para qué?
El árbol de las siete brujas: una historia que empieza y que no termina ni aún cuando termina. Pensado para chicos y chicas a partir de los seis años.
“Había una vez un bosque y en el bosque siete brujas: Blanca, Rosa, Lila, Violeta, Celeste, Negra y Bobeta. Eran siete hermanas que vivían en una vieja choza y le hacían la vida imposible a todo el que se les cruzara. En el jardín de la choza había un árbol con siete frutos preciosos. Cada uno contenía el poder de cada bruja y llevaba el color de su nombre. Así es como el fruto violeta almacenaba los poderes de violeta, el fruto negro de los de negra, el blanco de los de Blanca, etc”.
Gracias por tu lectura y espero que estos días leas un buen libro.
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Pau.
Ay, tengo visto ese libro pero no lo leí aún, me encanta lo que leí de Maryse Condé, gracias a vos por el aporte, lo leeré. Y gracias por leer la entrega. Un abrazo.
Gracias por esta entrega. Otro libro de ficción imprescindible y maravilloso sobre la temática de las brujas y precisamente sobre la caza de brujas en Salem es "Yo, Tituba la bruja negra de Salem" de la escritora guadalupeña Maryse Condé. Amé tanto esa novela que a mi gata le puse de nombre Tituba :)